Roger Stone, exasesor de la pasada campaña presidencial republicana y amigo de Donald Trump, fue sentenciado este jueves a 3 años y cuatro meses de prisión por obstruir una investigación del Congreso sobre la probada interferencia rusa en las elecciones de 2016, un caso en el que los fiscales declararon que la motivación principal fue proteger al mandatario republicano.
La decisisón del juez se conoce en medio de una polémica desatada por el propio Trump al criticar en Twitter la pena de entre siete a nueve años de cárcel que habían recomendado los fiscales del Departamento de Justicia y que fue revisada por el fiscal general, William Barr, poco después de los tuits presidenciales. Esa decisión de Barr desencadenó, a su vez, la renuncia de los cuatro fiscales del caso.
Barr aseguró que las críticas de su jefe no fueron la razón por la que pidió que se recomendara una sentencia «mucho menor» y que lo hizo porque la consideró «excesiva». Pero, en un inusual choque con Trump, sí reconoció que los trinos del mandatario hacen «imposible» hacer su trabajo.
Stone fue acusado de mentir al comité de inteligencia de la Cámara de Representantes, tratar de bloquear el testimonio de otros potenciales testigos que expondrían sus falsedades y ocultar evidencia a los investigadores.
Los cargos al exasesor de 67 años se derivan de la investigación que lideró desde mayo de 2017 el fiscal especial Robert Mueller, quien pese a que no pudo demostrar que hubo coordinación entre Rusia y la campaña de Trump para afectar los resultados de las elecciones, indicó que hubo un amplio interés del equipo del ahora presidente para obtener información sucia sobre la excandidata presidencial demócrata Hillary Clinton y así afectar la opinión del electorado a favor del republicano, quien finalmente ganó los comicios en noviembre de 2016.
Larga investigación
La oficina de Mueller había estado investigando a Stone por meses, tratando de averiguar si jugó algún papel en la supuesta coordinación entre la campaña de Trump y Moscú. El ahora culpable de los cargos celebró cuendo el portal WikiLeaks publicó durante la campaña electoral 2016 correos hackeados al Comité Nacional Demócrata. Incluso antes de las elecciones presidenciales, reconoció que estuvo en contacto con Julian Assange, cabeza de dicho portal, al que directamente llamó «mi héroe».
Por cierto, el miércoles de esta semana Assange, el abogado del fundador de WikiLeaks, aseguró que el presidente Trump le ofreció perdonarlo de los cargos de espionaje a cambio de que dijera que Rusia no tuvo nada que ver con la filtración de los correos electrónicos. La Casa Blanca luego negó tal afirmación.
Assange, quien está preso en Londres, podría ser extraditado a EEUU por tales delitos. Su audiencia judicial plena comenzará la semana próxima.
Los fiscales estadounidenses han acusado al hacker australiano de 48 años de espionaje por haber filtrado y publicado en WikiLeaks cientos de miles de documentos confidenciales. Si es declarado culpable, enfrenta hasta 175 años en la cárcel.
Assange argumenta que estaba actuando como periodista, con derecho a la protección de la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, la cual garantiza los derechos de libre expresión y de acción.
Tormenta política
Luego de la intervención de William Barr en la sentencia a Stone, llegó la congratulación del presidente al fiscal general. «Felicitaciones al fiscal general Bill Barr por hacerse cargo de un caso que estaba totalmente fuera de control y que tal vez ni siquiera debería haberse presentado», escribió Trump en Twitter.
Este comportamiento del presidente y del fiscal general volvió a encender las alarmas sobre la independencia del Departamento de Justicia de cualquier presión desde la Casa Blanca, aunque nieguen que se haya discutido. Pero la cronología de los hechos despierta suspicacias.
No era usual antes de que Trump llegara a la Casa Blanca que un presidente interfiera con sus opiniones en decisiones de la justicia. Pero Trump lo ha hecho abiertamente incluso para pedir que se abran investigaciones a sus rivales políticos. El presidente también ha renegado de la pena de prisión que le han dado a su exjefe de campaña, Paul Manafort, por varios delitos, entre ellos conspiraciones, estafas y otros.
En la saga, se espera que William Barr se presente a testificar en marzo ante el Comité Judicial de la Cámara de Representantes que lo convocó para hablar sobre el manejo de este caso.
Con información de Univisión.